Asociación Cultural para el afianzamiento de vínculos culturales entre Burgos y Japón
martes, 5 de agosto de 2014
Las bombas siguen cayendo
Apenas quedan supervivientes del ataque norteamericano a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. En fechas como la de 6 de agosto, las autoridades gubernamentales rescatan a los venerables ancianos de su sueño de alcanfor y los exhiben entre pomposos discursos, actos solemnes y entregas florales. Mañana, el mundo volverá a golpearse el pecho y a desgarrarse la garganta clamando por una diamantina paz universal, mientras las bombas siguen cayendo en otros lugares. Mañana, una niña israelí, palestina, siria o afgana también se preparará para ir al colegio a primera hora de la mañana; sus ojos inocentes percibirán un resplandor y oirán un ruido ensordecedor, luego sentirá un dolor horrible y verá su frágil cuerpo mutilado; es posible que su imagen sea portada de algún diario, publicación digital o foro de debate, pero finalmente será olvidada como persona y su nombre pasará a formar parte de las frías estadísticas de damnificados de las malditas guerras, esas guerras que denostamos y a la vez sostenemos los habitantes del irónicamente conocido como mundo civilizado. Descansen en paz, si pueden.
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